Para la empresa el principal motor fue la construcción de un monocasco de 150 plazas que recibía el nombre de “Capitán Nemo”. Esta primera embarcación fue la primera en las excursiones a la reserva de Es Vedrà y las pequeñas de Es Vedranell, al suroeste, y a las islas de Ses Margalides, en el norte. Actualmente, también se hacen excursiones para ver la puesta de sol, durante los últimos años el tipo de turista ha cambiado y son muchos los que vienen a Sant Antoni de Portmany para pasarlo bien y ver el atardecer.
Fue a mitades de los 90 cuando llegó el auge de los catamaranes con dos cascos y alargados unidos por una plataforma que permitían aumentar la capacidad y ofrecer a los usuarios una mejor experiencia con fondos de cristal de mayores dimensiones. Durante los 10 años siguientes, la empresa adquirió tres de estos catamaranes, siempre con el nombre de Capitán Nemo como emblema, con una capacidad total de 500 plazas. Para entonces, los clientes que se recibían provenían de hoteles y de agencias de viajes.